
“Otra cosa que los príncipes no deben hacer es permanecer neutrales en la guerra, siempre es conveniente aliarse, sino será presa del vencedor y no podrá buscar nada del vencido”, Nicolás Maquiavelo
Hace algunos meses fijé una postura concerniente al grave error de mercadotecnia e histórico de una coalición PRI y PAN, pero en 2017 la consideré como una alternativa posible frente al tsunami antisistema.
En ese momento, cité a la nemotecnia (oración corta y fácil de recordar, con el objeto de memorizar conceptos) como estratagema de comunicación política efectiva de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al conceptualizar el término “PRIAN” (actores y adversarios del pasado responsables del caos en el presente y futuro de México), desde su etapa de candidato hasta la de gobernante en sus exitosas conferencias matutinas.
Sin embargo, al análisis cualitativo faltaba sumarle el cuantitativo y me refiero a la auscultación de la ciudadanía mediante estudios de opinión, para conocer la viabilidad o no de consolidar un bloque opositor (PRI-PAN-PRD).
Las mediciones arrojaron lo inminente, una inconformidad acumulada por altas o falsas expectativas en la Cuarta Trasformación (4T) y MORENA, esencialmente en materia de seguridad (récord histórico en incidencia delictiva), economía (desempleo y ausencia de un plan integral de reactivación económica), salud (mal manejo de la pandemia) y un combate a la corrupción (selectivo, parcial y simulado).
Por lo tanto, la alianza pragmática (PRI-PAN-PRD) es factible al no reflejar un impacto negativo demoscópico, al realizarse todos los escenarios y careos correspondientes en prospectiva política, un ejemplo es Sonora.
En cuanto al discurso del “PRIAN” por parte de AMLO, sólo se puede expresar en campaña sería muy fácil revertirlo en una Coalición MORENA-PT-PVEM, estos últimos dos partidos plenamente identificados con los grupos de poder (mafia de poder), asimismo los diversos colaboradores o exfuncionarios en el gobierno federal por mencionar a Manuel Barlett, Director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) -señalado por la caída del sistema en 1988- y Alfonso Romo, Exjefe de la Oficina de la Presidencia de la República -amigo personal de Carlos Salinas de Gortari-, entre otros.
Cabe señalar, Mario Delgado el dirigente nacional de MORENA ha anunciado únicamente habrá alianzas (PT-PVEM y Nueva Alianza donde exista registro) para las gubernaturas de Nuevo León y Guerrero.
Por otra parte, es importante resaltar la popularidad del presidente de la república y los programas sociales de la 4T, no se tradujeron en resultados electorales positivos para MORENA en los previos comicios de Coahuila e Hidalgo, considerados como laboratorios o una antesala de la contienda 2021.
En una analogía histórica, aduzco al proverbio árabe “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” para justificar cualquier alianza partidista, en alusión a la llevada a cabo en la Segunda Guerra Mundial de Wiston Churchill (Reino Unido) -un anticomunista por excelencia- y Franklin D. Roosevelt (EUA) -capitalista por antonomasia- con José Stalin (Unión Soviética), dictador y comunista.
Por otro lado, la narrativa del “PRIAN” de la 4T está neutralizada y fallida, prueba de ello son los casos revelados por señalamientos de corrupción de Pío López (hermano del presidente) y Felipa Obrador (prima hermana).
Si bien la marca MORENA y sus aspirantes o ya precandidatos tienen una intención del voto favorable en la mayoría de los sondeos en las diversas regiones del país, se visualiza lo siguiente: fragmentación del voto por la participación de los nuevos partidos (Fuerza Social, Partido Encuentro Solidario y Redes Sociales Progresistas) y la tercera vía con Movimiento Ciudadano, así como diferenciado, útil y de castigo; no se identifica votación masiva como en 2018; confrontación, división y disidencia por las candidaturas; una elección evidentemente polarizada en una disyuntiva oficialista o de contrapeso; y, una tendencia de emisión del sufragio a la persona muy por encima del partido.
Finalmente, el triunfo no radicará en el posicionamiento de las encuestas, ni en la popularidad de AMLO, los programas sociales, el discurso “PRIAN” o las alianzas pragmáticas (de facto o jurídicas) de MORENA y la oposición, sino en la estrategia.
Efraín Martínez Figueroa, Consultor y Estratega Político
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